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La galería Pepnot presenta la exposición de fotografías de Rosa Feliu, Michèle Maurin y Teresa Pou, tres formas de capturar la realidad desde experiencias e intereses plásticos muy diferentes.

Para Rosa Feliu (Barcelona) las trece fotografías que presenta son retratos (no bodegones ni naturalezas muertas). No pretende hacer una composición de objetos sino hacer el retrato de un individuo, o de un colectivo, ya sea flor, fruta o verdura, intentando expresar al máximo la fuerza de su presencia, a veces poco evidente, encontrando un soporte propio que ponga de relieve las formas de manera armónica o contrastada. Buscando la esencia más oculta del color, aspecto que le interesa especialmente. ¿Qué colores hay escondidos en la peonía que se empieza a abrir dentro de un pote de laboratorio? ¿Y en unas cebollas blanquísimas presentadas en un plato blanco? A la búsqueda de lo que está escondido ha querido, a veces, captar las imágenes que se funden en el interior de un reflejo. Otros retratos son más rotundos en la expresión de la imagen. En todos ellos la autora ha vivido intensamente la relación que se da entre el trabajo del fotógrafo y  el papel muy activo del sujeto retratado  aún  tratándose en este caso de objetos inanimados.
 

 
En las fotografías de Michèle Maurin (1954 Abidjan, Costa de Marfil), ocho en total provenientes de su trabajo: “Voyages photographiques : An ecological journey” ( Costa de Marfil, Brasil, Polinesia y Marruecos) encontramos una reinterpretación de los temas retratados, que la autora lleva a cabo  en el proceso del revelado en el laboratorio, mediante  la técnica del virado, utilizando metales como el oro, el uranio, el selenio…. que mezcla con  la emulsión de plata del papel baritado. Esta intervención hace que las imágenes obtenidas a partir de un mismo negativo no sean nunca idénticas.
Sus conocimientos como Licenciada en Ecología Tropical orientan su percepción del paisaje y su mirada sensible sobre la diversidad de plantas y formas de vida, pero lejos de constituir un trabajo documental, aporta una atmósfera mágica, sensual y misteriosa que evoca  lugares lejanos, fuera del tiempo. 
 

 
Teresa Pou (1949 Mallorca) presenta el proyecto “A 40 Km” (distancia entre la galeria y el lugar donde fueron tomadas las fotos) consistente en una serie de fotografías de pequeño formato, sobre los vestigios de una Mallorca rural y sosegada que coexiste con la Mallorca turística y residencial, aunque su interés no se encuentra en lo aparentemente pintoresco del tema.
El trabajo fotográfico de Teresa Pou busca la depuración de la imagen, la síntesis de las formas recortadas por la luz y la composición, que roza la abstracción. Como en anteriores trabajos, como los soberbios “Nocturnos” donde mostraba montañas de sal fotografiadas a la luz de la luna o en “Palmeras” hay muy pocas concesiones a la estética evidente del tema, y si una búsqueda más radical, que hace que veamos el objeto o tema retratado con una mirada nueva, distinta. Así mismo la austeridad que desprenden sus fotografías queda resaltada por el uso del blanco y negro y el resultado es muy personal. Sin embargo Teresa se deja llevar, su trabajo no es calculado sino que como ella misma manifiesta: “no soy yo la que crea las fotos sino que simplemente estoy a su disposición para que puedan existir” o “mi trabajo es siempre intuitivo … irremediablemente irracional “