Anudados. Laura Romero. Centre d´Art La Real. Palma de Mallorca

Toda decisión que tomemos es un nodo, un punto de inflexión hacia otro camino. Y unimos caminos; atamos cabos y crecemos; y nos relacionamos, y vivimos, y sentimos; y, poco a poco, nos unimos entre todos y entre todo. Desarrollamos una inmensa maraña que parte desde nuestro más profundo interior y que no tiene límites.
anudar.
(De anudar, infl. por nudo).
1. tr. Hacer uno o más nudos. U. t. c. prnl.
2. tr. Juntar o unir, mediante un nudo, dos hilos, dos cuerdas o cosas semejantes. U. t. c. prnl.
3. tr. Juntar, unir. U. t. c. prnl.
4. tr. Continuar lo interrumpido.
5. prnl. Dicho de una persona, de un animal o de una planta: Dejar de crecer y no llegar, por consiguiente, a la perfección que podía tener.
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La idea surge en un viaje a Kyoto. Me llamó muchísimo la atención unos árboles llenos de papelitos anudados: el Omikushi, una antigua tradición de Japón. Es una tradición que se practica en los alrededores de los templos, donde se escoge al azar un papelito blanco que contiene un destino o deseo ya impreso; éste se pliega de tal manera que queda atado, a las ramas de un árbol, entregando el deseo en manos de la providencia.
Todo esto tiene su origen en una tradición budista basada en una leyenda china que fue introducida en Japón y adaptada por los japoneses durante el periodo Nara (s.VII-IX) aunque, la costumbre de poner los deseos en el árbol de bambú es mucho posterior, del periodo Edo (s.XVII-XIX).
Resumiendo la historia se basa en dos enamorados representados en el cielo por dos estrellas. A ambos se les castigó a estar separados por un río y sólo pueden verse una noche al año. Eso sólo sucede si el dios del cielo está contento y no llueve.
Así que, los días de antes, los japoneses escriben deseos en papeles de colores y los cuelgan en los árboles de bambú para que el cielo los vea y rezan para que esa noche no llueva; y así los enamorados puedan juntarse y ser felices. Y en su plenitud de felicidad concedan también los deseos a aquellos que les apoyaron mostrando su solidaridad en los papeles de colores y en sus oraciones.
Al final, el resultado es un árbol plagado de papeles anudados que deciden un destino, una o varias vidas. Tu destino se entremezcla en el mismo árbol con los destinos que han escogido los demás.
Aquí me di cuenta que los nudos están presentes en la vida diaria y son parte de nuestra existencia. El objetivo de esta exposición es demostrar que vivimos anudados, entrelazados. Primero con nosotros mismos y luego con los demás. Que hay nudos con la naturaleza, con la vida, con las emociones: el nudo en la garganta, el nudo en el estómago.
Creamos una red entrelazada que crece. Que a veces se rompe o se enreda. Y a veces la desenredamos y desatamos. Cada uno decide su destino e interviene en el destino de los otros, de la naturaleza, de su entorno.
La idea de encontrar y señalar estos nudos sirve para encontrar los puntos donde se ha ido decidiendo el rumbo que ha ido tomando la vida de cada persona. Primero interiorizándolos en mi misma, autorretratándome y señalando algunos de ellos. Y luego señalando los diversos nudos que hay en la vida de los demás; y cómo y en qué momento se han ido entrelazando entre ellos y con el entorno. Qué decisiones se han tomado, qué acontecimientos han sucedido para que las cosas vayan cambiando y tomen un sentido u otro. Es una forma de visualizar los puntos de inflexión que producen los cambios vitales, sociales y ambientales. Los que forman la red de nuestra existencia.
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
Todo esto tiene su origen en una tradición budista basada en una leyenda china que fue introducida en Japón y adaptada por los japoneses durante el periodo Nara (s.VII-IX) aunque, la costumbre de poner los deseos en el árbol de bambú es mucho posterior, del periodo Edo (s.XVII-XIX).
Resumiendo la historia se basa en dos enamorados representados en el cielo por dos estrellas. A ambos se les castigó a estar separados por un río y sólo pueden verse una noche al año. Eso sólo sucede si el dios del cielo está contento y no llueve.
Así que, los días de antes, los japoneses escriben deseos en papeles de colores y los cuelgan en los árboles de bambú para que el cielo los vea y rezan para que esa noche no llueva; y así los enamorados puedan juntarse y ser felices. Y en su plenitud de felicidad concedan también los deseos a aquellos que les apoyaron mostrando su solidaridad en los papeles de colores y en sus oraciones.
Al final, el resultado es un árbol plagado de papeles anudados que deciden un destino, una o varias vidas. Tu destino se entremezcla en el mismo árbol con los destinos que han escogido los demás.
Aquí me di cuenta que los nudos están presentes en la vida diaria y son parte de nuestra existencia. El objetivo de esta exposición es demostrar que vivimos anudados, entrelazados. Primero con nosotros mismos y luego con los demás. Que hay nudos con la naturaleza, con la vida, con las emociones: el nudo en la garganta, el nudo en el estómago.
Creamos una red entrelazada que crece. Que a veces se rompe o se enreda. Y a veces la desenredamos y desatamos. Cada uno decide su destino e interviene en el destino de los otros, de la naturaleza, de su entorno.
La idea de encontrar y señalar estos nudos sirve para encontrar los puntos donde se ha ido decidiendo el rumbo que ha ido tomando la vida de cada persona. Primero interiorizándolos en mi misma, autorretratándome y señalando algunos de ellos. Y luego señalando los diversos nudos que hay en la vida de los demás; y cómo y en qué momento se han ido entrelazando entre ellos y con el entorno. Qué decisiones se han tomado, qué acontecimientos han sucedido para que las cosas vayan cambiando y tomen un sentido u otro. Es una forma de visualizar los puntos de inflexión que producen los cambios vitales, sociales y ambientales. Los que forman la red de nuestra existencia.
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
Coincidiendo con el quinto aniversario de la galería, Laura Romero
inaugura el jueves 9 de septiembre a las 20h en el centre d'art la real
el proyecto fotográfico anudados. Hasta el 12 de noviembre de 2010.