AMBLART

Por Ángela Ibáñez

Hace más de cien años que Pablo Picasso y George Braque dieron forma con maestría y originalidad al collage o papier collé , (procede de la palabra francesa coller: pegar), cuadros hechos con pedazos de

realidad, que se pegaba en forma de recortes de papel, telas etc que eran incorporados así a sus obras.

Las vanguardias en los inicios del siglo XX ( Futurismo , Cubismo, Dadaísmo, Surrealismo, Constructivismo) usaron y reelaboraron los conceptos estéticos que esta innovación transgresora proponía. Tras un largo periodo de impass, las nuevas tecnologías han propiciado la revalorización del collage, sin embargo hay muchos artistas que siguen utilizando el método tradicional de recortar y pegar, jugar con las imágenes, las texturas, el subconsciente, la crítica, la ironía….

Éste es el caso de los tres artistas que muestran sus obras en COLLAGES, dos de ellos Luis Pomarón, (pintor) y Fernando Navarro, (escultor y fotógrafo), incluso formaron en los 80 el EQUIPO L.T. junto a Antonio de la Iglesia (pintor),  desarrollando una gran actividad creativa y expositiva de fotocollage y collages surrealistas de fina ironía. Las siglas L. T. provienen de la revista "La Lorenza en el tejado".    

En la exposición actual Fernando Navarro, reconocido escultor con notable obra urbana dentro una línea de constructivismo dulcificado, presenta una cuidada colección de collages de colores tenues, relajantes y equilibrados que contrastan con los vacíos arquitectónicos y las grandes pasiones, con lecturas cinematográficas o no, que pueblan los espacios del papel, una sobria y fina ironía que atrapa.

Elena F. Molina (Asilvestrada) por el contrario ha centrado siempre su labor creativa en torno al collage y todas sus facetas. Hija del poeta y pintor Antonio Fernández Molina (Alcázar de S. Juan,1927-Zaragoza,2005) no ha dejado de vivir el surrealismo y las vanguardias en su entorno más íntimo y familiar ya desde pequeña, rasgo que deja su huella en la explosión de rico colorido que puebla su obra y en la que en algunos momentos pueden reconocerse alguno de los iconos paternos como los sombreros, el pez. Con voz propia y tremendamente personal, ya desde los 80 realiza exposiciones individuales por la geografía nacional, sus imágenes poseen gran intensidad plástica con fuertes colores que trascienden la obra.

Luís Pomarón , retoma tras un paréntesis, su amor (correspondido) al collage, sus series de pequeño formato, arriesgan y llaman la atención del espectador tanto en forma como fondo, colores y formas más agresivos, provocadores por continente o contenido, jugando con la ironía de los códigos, del espacio vació o lleno. Un juego de alegre causticidad que empapa el papel.

Una muestra bella e interesante de  lo más representativo del collage aragonés.

Hasta el 15 de Enero 2008