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En junio de 2006 Tony Grady, artista británico afincado en Navarra desde 1989, fue invitado a preparar una exposición por el Ayuntamiento de Paderborn, desde el departamento responsable por los hermanamientos con ciudades en otros países.

Grady también optó por utilizar la papiroflexia para la exposición de Paderborn. Las figuras eran del mismo tipo: un escorpión; por la simplicidad y la belleza de la figura, y también porque siempre ha tenido una mala reputación. Tres artistas colaboraron, haciendo unas 10 figuras entre ellos. Sin embargo, las demás 652 de ellas fueron preparadas por niños cursando la Educación Primaria en cinco centros en Navarra; y todos niños que cursaban sus estudios dentro de la línea D, íntegramente en euskera.

Tres de ellos son centros públicos:

Amaiur Ikastola, Pamplona.

Oronozko Ikastetxe Publikoa, Oronoz-Mugairi.

Andres Nabarte “Xalto” Ikastetxe Publikoa, Goizueta.

Y dos son centros concertados:

Andra Mari Ikastola, Etxarri Aranatz.

Tantirumairu Ikastola, Lesaka.

Los niños tuvieron completa libertad a la hora de elegir el papel que querían emplear. Pudieron dibujar encima de papel blanco, dejar el papel blanco; escribir encima; usar papel coloreado, papel de revistas; de tbeos, etc. Disfrutaron mucho con el trabajo, y con la ilusión de participar en una exposición en el extranjero. Al empaquetar las figuras, Grady se dio cuenta de que una de ellos era, de hecho, una rana; y decidió incorporarla, a ver si los visitantes la encuentran.

Grady enseño los pasos para hacer el escorpión personalmente a los niños del 4º y 5º curso de la Amaiur Ikastola, ya que se encuentra en Pamplona. Debido a la imposibilidad de visitar los demás pueblo, optó por mandar toda la información a través del correo electrónico, y contaba con el gran esfuerzo de los irakasles y las andereños de esos centros.

Los ejes de la exposición fueron dos muebles grandes, cubiertos por dos fieltros negros, desde donde salían mezclas de sonidos (sonidos conseguidos desde una gran variedad de fuentes) a la igual manera que los murmureos de los confesores en una iglesia; y delante de las cuales se veían las siluetas de una niña y un niño dibujado con tiza y rellenadas de escorpiones. A la vez, los escorpiones salían por una mano de cada figura y se abrían dando paso hacia el centro de la sala. Se rodeó los muebles y los escorpiones con una casa; un caserío hecho con cinta cedido por una conocida caja de ahorros.

No había lectura fija. Lo que sí había era un conjunto de objetos cotidianos presentado de una forma fuera de lo cotidiano. El autor esperaba que al visitante se le viniera a la mente asociaciones de manera inconsciente.

Una vez devueltos los escorpiones de su “estancia” en Alemania, le interesaba al artista la posibilidad de montar la instalación en algún punto de Navarra, para que los pequeños colaboradores también pudieran verla. Con la oferta del Centro Cultural Iortia de Alsasua, ahora se cumple este deseo. Los más de 600 escorpiones de papiroflexia de niños de educación primaria y las dos mezclas de audio siguen siendo el eje principal de la obra.

Sin embargo, el autor de la obra no ha podido desaprovechar la oportunidad de seguir con el desarrollo del planteamiento de la instalación. Al ver las paredes blancas de la sala de exposición, decidió que la casa que iba a “dibujar” en el suelo también  se subiría por las paredes. Los dos muebles de Alemania han sido sustituidos por un armario y un baúl grande. Desde la puerta del armario se cuelgan unas cuantas perchas (una idea apropiada por el artista a su hija y a una amiga suya); y la figura de la niña dibujada en el suelo parece salir de la última de esas perchas.

Otro cambio importante ha sido la iluminación. En Alsasua, el autor ha querido dar un aire casi teatral a la instalación,  iluminándola por unos focos, los cuales hacen que se fije la atención en los dos muebles.

Exposición del 13 – 30 de marzo, 2007