INSURRECCIÓN EN LA RED. ESTRATEGIAS DEL NEO-NOMADISMO Y SISTEMAS EMERGENTES
Por Laura R. Moscatel y Sara Malinarich.
“La máquina de guerra es la invención nómada que ni siquiera tiene la
guerra como objeto primero, sino como objeto segundo, suplementario o
sintético, en el sentido de que está obligada a destruir la forma-Estado
y la forma-ciudad con las que se enfrenta.”
Gilles Deleuze y Félix Guattari,
Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.
Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.
REDES Y MODELOS ALTERNATIVOS
La superación de las distancias territoriales ha sido sin duda una de las aspiraciones de nuestra sociedad. A partir del S. XIX, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han dado lugar a la mejora las relaciones interpersonales entre individuos separados geográficamente. Oír y ver a distancia son propósitos que han sido solucionados por medio de la invención del teléfono y la televisión. Mas tarde, la Red de redes, Internet, daría la infraestructura para un nuevo modelo de comunicación, con un carácter ubicuo sin precedentes.
Sin embargo, el reto de esta forma de comunicación expandida, que incorpora la combinación de distintas tecnologías e involucra más de un sentido, todavía afronta desafíos como la superación física de las distancias territoriales y la configuración de un espacio o zona como lugar de acción. De otro modo, nuevas cuestiones se plantean dentro de este paisaje tecnológico emergente; elementos de composición tales como la velocidad, en cuanto se fisura la relación entre el tiempo real y el tiempo presente, el cuerpo como vehículo del mensaje así como la conexión psico-tecnológica entre individuos.
En estos nuevos sistemas de comunicación, surge una nueva forma temporal también para el arte, la que se ofrece como un espacio de actuación donde la creatividad permite generar discursos abiertos en relación al sujeto, las tecnologías y los actuales medios de sociabilización. Estos planteamientos están dando lugar a la construcción de nuevos hábitats que surgen a partir de los diálogos y narraciones que se producen dentro de zonas de actuación no delimitadas. Dicho es el caso de los espacios emergentes de los que trataremos en este texto.
Sobre la base de estos nuevos estados surgen dispositivos reflexivos que evolucionan sobre un constante diagnóstico de los modelos dominantes y que son capaces de generar autónomamente modelos alternativos.
Nuestros hábitos, actitudes y ambiciones están experimentando una profunda transformación. Estamos llegando a un cambio que da lugar a una redefinición completa de la identidad, la estructura social planetaria y, en general, de la imagen del mundo como la entendíamos hasta hace menos de cincuenta años: desaparecen las fronteras entre los flujos virtuales de la red y los fluidos de la realidad física; lo transitorio se funde con lo permanente y lo metafísico con lo material.
La evolución de las interfaces y dispositivos tecnológicos, así como el conocimiento y manejo de los mismos, permiten a los sujetos moverse, habitar y ocupar un nuevo medio para la producción y la creación. Estas prácticas son posibles mediante la evolución de sistemas emergentes en pro del conocimiento y la comunicación expandida, actuando como anclaje en las relaciones de los sujetos y los entornos. Se trata de habitantes en cuyo medio se redefinen y retroalimentan, yendo al encuentro de sistemas emergentes que se forman a partir de sus prácticas vitales y su presente en la red. Por tanto, el surgimiento de estos sistemas es producido por la adaptación del individuo al medio y contexto tecnológico en el que se ubica. Sin embargo, es este mismo comportamiento es el que libera el sistema, lo evoluciona y da paso a modelos superiores y con nuevos atributos. En esta fase de integración de la subjetividad y el contexto se está evolucionando en términos nanométricos y endofísicos. Se parte del sistema que creamos, provocando una simbiosis entre sujetos y espacios, donde uno forma parte del otro, a la vez que se nutren en ambas direcciones.
LA NUEVA ESPECIE
Los comportamientos emergentes han de redefinir al sujeto y han de resolver problemas sin recurrir a una inteligencia de tipo centralizado, sino de forma ascendente, desde la base. El comportamiento individual de cada uno de éstos agentes forman los diversos puntos (nodos) de conexión que actúan dentro de una red que soporta al sistema. Y si se aumenta el número de conexiones comienza a producirse un comportamiento colectivo propio de un nivel de organización superior, a pesar de la carencia de organización en forma de leyes.
El software y las redes sociales se desarrollan siguiendo estas mismas ideas. Todos ellos son citados por Steven Johnson quien popularizó el concepto de la emergencia en su libro “Sistemas emergentes. O “qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software”.
Actualmente, el sujeto se enfrenta a la modificación rápida del medio, de la cual él es agente colectivo. Con éstas formas de hacer y de ser, estamos aprendiendo a orientarnos dentro de espacios electrónicos, espacios en mutación donde -navegando a la deriva- nos convertimos en sus autores, inventándonos y, a la vez, creándonos colectivamente como una nueva especie emergente.
Gilles Deleuze y Félix Guattari, en su libro Mil Mesetas, formulan características de un nuevo sujeto que emerge en relación a las fuerzas anticapitalistas y antiestado. La máquina del Estado produce un espacio estriado, sedentario, distribuyendo a los hombres en un espacio cerrado, asignando a cada uno su parte y regulando la comunicación entre las mismas. El nuevo sujeto tecnológico –al que se le denomina nómada– está asociado a la máquina de guerra y al espacio liso. El nómada está unido a un tipo muy particular de multiplicidades no métricas, no jerárquicas y descentralizadas, ocupando el espacio sin necesidad de medirlo ni delimitarlo mientras camina a través de él.
Según Deleuze y Guattari, un aspecto de la máquina de guerra es la relación del espacio geográfico y el movimiento de los sujetos, es decir, cómo el espacio en sí mismo es definido por el movimiento. Aquí, el sujeto se transforma en una entidad nómada, un ente cualsea (individuo/ colectivo) que trata de buscar otras vías de salida y de entendimiento, mediante formas alternativas a la comunicación y la organización imperante.
Mediante el estudio y creación de las interfaces producidas en los sistemas emergentes, el nuevo nómada o neo-nómada encuentra una zona de interacción y con él se abren nuevos contextos para el individuo emergente y por tanto nuevas prácticas sociales, culturales y artísticas.
IMAGINARIOS EN RE-EVOLUCIÓN
El neo-nomadismo da pie a la creación de nuevos contenidos dentro de los espacios emergentes. Por medio de la experimentación individual y colectiva, el neo-nómada contribuye a la creación de otros espacios. A partir de contextos únicos, fluidos e inesperados, el neo-nómada da un soporte invisible a nuevas tramas y conflictos, actuando y produciendo en tiempo real.
Otros campos de actuación para las prácticas devenidas del neo-nomadismo son el hacking, entendido como forma de resistencia a los modelos establecidos. A sí mismo, la filosofía “opensource”, “free knoledge” y “common propiety” están planteando en la actualidad el gran desafío en torno al momento presente, multiplicando los lugares de visibilidad y actuación social. Por tanto, es posible identificar una cultura de acceso libre que está consolidándose, apoyada en las ideas de Richard Stallman y Lawrence Lessing. El código abierto y las licencias libres están generando las posturas actuales que están redefiniendo los métodos procesuales de creación y perfeccionamiento de los productos en línea. Se trata de una revisión sobre los derechos de autor, los permisos de reproducción de una obra y/o la transmisión de información. Y por tanto, de una re-evolución social y cultural hacia la creación y producción colaborativa.
El neo-nomada habita el ciberespacio, el sujeto tecnológico no quiere irse, es como una forma de reivindicación, se mueve pero está sentado, y sólo esta sentado cuando se mueve. A partir de ahora definiremos estos sujetos neo-nómadas como Entidades Individuales-Hackers o Colectivos de Resistencias.
Ante estas nuevas formas de resistencias hemos de preguntarnos ¿Cuales son las nuevas facultades -tanto humanas como tecnológicas- desarrolladas por estas resistencias? ¿Hablamos de sentidos ampliados, de sentidos emergentes o de fusión con el medio? ¿Es posible detectar las consecuencias sociales y sicológicas que producen los nuevos sistemas emergentes? En tal caso, ¿podría en neo-nómada mantener un sistema de resistencia permanente?. Por otra parte y en relación a la producción de sistemas emergentes ¿Qué sentido toma la información en forma de datos libremente distribuido? ¿Somos capaces de construir, recuperar o documentar la información producida en una acción en la red para la elaboración de una memoria que nos permita evolucionar los sistemas emergentes? ¿Cual es la relación entre la producción de datos, de código y de información?
A una escala más compleja, los sistemas de relaciones neo-simbióticas son posibles debido a la fluidez de la información; el desarrollo se sustenta en los datos que se distribuyen por la red. La abundancia de información y la libre circulación de la misma es aquella que utiliza el hacker donde la Red se usa como base de organización y modelo de distribución. Esta información surge como parte de una producción en sociedad que trabaja en una nueva concepción de la comunicación y la transferencia de conocimiento basado en una estructura rizomática.
Hoy, la información que llega al público está en su mayoría dominada por los medios de información y ante ello lo colectivo cobra una nueva dimensión, entendida como nueva concepción de producción, entrando en un escenario en el que la red -al constituirse como base de organización y como modelo distributivo- les permite autogenerar críticamente información, enfrentándose a la restricción de los derechos por medio de la reivindicación de un acceso libre y abierto. Los colectivos y resistencias trabajan en busca de un equilibrio en relación a la distribución, pluralidad y transparencia de la información, inventando sistemas de fuga contra la información autorizada.
EL TIEMPO MEDIDO EN PRESENCIAS
La importancia de ser críticos con el acto-accidente de la información es transversal. La información debe ir acompañada de unos criterios de selección y asociación que se traducen y convierten en conocimiento. Esta información adquiere carácter activo y es una herramienta clave para sortear los procedimientos convencionales e institucionales. Esta información funciona entre las grietas invisibles de las regiones establecidas que emergen en las llamadas TAZ (Zonas Autónoma Temporal).
De acuerdo con las Teorías TAZ y en su intento de desechar la idea de permanencia prolongada, la información es primordial en la creación e interconexión de lugares creados entre los límites de regiones establecidas. Para Hakim Bey, la TAZ libera un área de tierra, de tiempo, de imaginación y entonces se autodisuelve para construirse en cualquier otro espacio o tiempo.
Utilizando el nomadismo psíquico mental como táctica, lo que Deleuze & Guattari llamaron “La máquina de guerra”, las TAZs transforman la paradoja de que “cualquier lugar vale tanto como cualquier otro”, de pasiva en activa. Los sujetos nómadas no están ligados a ningún tiempo ni lugar; se lanzan a la búsqueda y a la exploración entre las TAZs, habitándolas como interzonas o intersticio, fuera de la red convencional y entre los flujos y las autopistas de la información.
Las TAZ conforman la “anti-red”. Se trata de localizaciones temporales efectivas en el tiempo y en el espacio. Su localización en la Web es virtual e instantánea: la Web proporciona soporte logístico para la TAZ y ayuda a que ésta aparezca. Sin embargo, la TAZ existirá tanto en el espacio de la información como en el espacio físico, siendo, por tanto, campo nómada.
“Mantén en movimiento a toda la tribu, aunque sólo se trate de datos en la Web”
La superación de las distancias territoriales ha sido sin duda una de las aspiraciones de nuestra sociedad. A partir del S. XIX, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han dado lugar a la mejora las relaciones interpersonales entre individuos separados geográficamente. Oír y ver a distancia son propósitos que han sido solucionados por medio de la invención del teléfono y la televisión. Mas tarde, la Red de redes, Internet, daría la infraestructura para un nuevo modelo de comunicación, con un carácter ubicuo sin precedentes.
Sin embargo, el reto de esta forma de comunicación expandida, que incorpora la combinación de distintas tecnologías e involucra más de un sentido, todavía afronta desafíos como la superación física de las distancias territoriales y la configuración de un espacio o zona como lugar de acción. De otro modo, nuevas cuestiones se plantean dentro de este paisaje tecnológico emergente; elementos de composición tales como la velocidad, en cuanto se fisura la relación entre el tiempo real y el tiempo presente, el cuerpo como vehículo del mensaje así como la conexión psico-tecnológica entre individuos.
En estos nuevos sistemas de comunicación, surge una nueva forma temporal también para el arte, la que se ofrece como un espacio de actuación donde la creatividad permite generar discursos abiertos en relación al sujeto, las tecnologías y los actuales medios de sociabilización. Estos planteamientos están dando lugar a la construcción de nuevos hábitats que surgen a partir de los diálogos y narraciones que se producen dentro de zonas de actuación no delimitadas. Dicho es el caso de los espacios emergentes de los que trataremos en este texto.
Sobre la base de estos nuevos estados surgen dispositivos reflexivos que evolucionan sobre un constante diagnóstico de los modelos dominantes y que son capaces de generar autónomamente modelos alternativos.
Nuestros hábitos, actitudes y ambiciones están experimentando una profunda transformación. Estamos llegando a un cambio que da lugar a una redefinición completa de la identidad, la estructura social planetaria y, en general, de la imagen del mundo como la entendíamos hasta hace menos de cincuenta años: desaparecen las fronteras entre los flujos virtuales de la red y los fluidos de la realidad física; lo transitorio se funde con lo permanente y lo metafísico con lo material.
La evolución de las interfaces y dispositivos tecnológicos, así como el conocimiento y manejo de los mismos, permiten a los sujetos moverse, habitar y ocupar un nuevo medio para la producción y la creación. Estas prácticas son posibles mediante la evolución de sistemas emergentes en pro del conocimiento y la comunicación expandida, actuando como anclaje en las relaciones de los sujetos y los entornos. Se trata de habitantes en cuyo medio se redefinen y retroalimentan, yendo al encuentro de sistemas emergentes que se forman a partir de sus prácticas vitales y su presente en la red. Por tanto, el surgimiento de estos sistemas es producido por la adaptación del individuo al medio y contexto tecnológico en el que se ubica. Sin embargo, es este mismo comportamiento es el que libera el sistema, lo evoluciona y da paso a modelos superiores y con nuevos atributos. En esta fase de integración de la subjetividad y el contexto se está evolucionando en términos nanométricos y endofísicos. Se parte del sistema que creamos, provocando una simbiosis entre sujetos y espacios, donde uno forma parte del otro, a la vez que se nutren en ambas direcciones.
LA NUEVA ESPECIE
Los comportamientos emergentes han de redefinir al sujeto y han de resolver problemas sin recurrir a una inteligencia de tipo centralizado, sino de forma ascendente, desde la base. El comportamiento individual de cada uno de éstos agentes forman los diversos puntos (nodos) de conexión que actúan dentro de una red que soporta al sistema. Y si se aumenta el número de conexiones comienza a producirse un comportamiento colectivo propio de un nivel de organización superior, a pesar de la carencia de organización en forma de leyes.
El software y las redes sociales se desarrollan siguiendo estas mismas ideas. Todos ellos son citados por Steven Johnson quien popularizó el concepto de la emergencia en su libro “Sistemas emergentes. O “qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software”.
Actualmente, el sujeto se enfrenta a la modificación rápida del medio, de la cual él es agente colectivo. Con éstas formas de hacer y de ser, estamos aprendiendo a orientarnos dentro de espacios electrónicos, espacios en mutación donde -navegando a la deriva- nos convertimos en sus autores, inventándonos y, a la vez, creándonos colectivamente como una nueva especie emergente.
Gilles Deleuze y Félix Guattari, en su libro Mil Mesetas, formulan características de un nuevo sujeto que emerge en relación a las fuerzas anticapitalistas y antiestado. La máquina del Estado produce un espacio estriado, sedentario, distribuyendo a los hombres en un espacio cerrado, asignando a cada uno su parte y regulando la comunicación entre las mismas. El nuevo sujeto tecnológico –al que se le denomina nómada– está asociado a la máquina de guerra y al espacio liso. El nómada está unido a un tipo muy particular de multiplicidades no métricas, no jerárquicas y descentralizadas, ocupando el espacio sin necesidad de medirlo ni delimitarlo mientras camina a través de él.
Según Deleuze y Guattari, un aspecto de la máquina de guerra es la relación del espacio geográfico y el movimiento de los sujetos, es decir, cómo el espacio en sí mismo es definido por el movimiento. Aquí, el sujeto se transforma en una entidad nómada, un ente cualsea (individuo/ colectivo) que trata de buscar otras vías de salida y de entendimiento, mediante formas alternativas a la comunicación y la organización imperante.
Mediante el estudio y creación de las interfaces producidas en los sistemas emergentes, el nuevo nómada o neo-nómada encuentra una zona de interacción y con él se abren nuevos contextos para el individuo emergente y por tanto nuevas prácticas sociales, culturales y artísticas.
IMAGINARIOS EN RE-EVOLUCIÓN
El neo-nomadismo da pie a la creación de nuevos contenidos dentro de los espacios emergentes. Por medio de la experimentación individual y colectiva, el neo-nómada contribuye a la creación de otros espacios. A partir de contextos únicos, fluidos e inesperados, el neo-nómada da un soporte invisible a nuevas tramas y conflictos, actuando y produciendo en tiempo real.
Otros campos de actuación para las prácticas devenidas del neo-nomadismo son el hacking, entendido como forma de resistencia a los modelos establecidos. A sí mismo, la filosofía “opensource”, “free knoledge” y “common propiety” están planteando en la actualidad el gran desafío en torno al momento presente, multiplicando los lugares de visibilidad y actuación social. Por tanto, es posible identificar una cultura de acceso libre que está consolidándose, apoyada en las ideas de Richard Stallman y Lawrence Lessing. El código abierto y las licencias libres están generando las posturas actuales que están redefiniendo los métodos procesuales de creación y perfeccionamiento de los productos en línea. Se trata de una revisión sobre los derechos de autor, los permisos de reproducción de una obra y/o la transmisión de información. Y por tanto, de una re-evolución social y cultural hacia la creación y producción colaborativa.
El neo-nomada habita el ciberespacio, el sujeto tecnológico no quiere irse, es como una forma de reivindicación, se mueve pero está sentado, y sólo esta sentado cuando se mueve. A partir de ahora definiremos estos sujetos neo-nómadas como Entidades Individuales-Hackers o Colectivos de Resistencias.
Ante estas nuevas formas de resistencias hemos de preguntarnos ¿Cuales son las nuevas facultades -tanto humanas como tecnológicas- desarrolladas por estas resistencias? ¿Hablamos de sentidos ampliados, de sentidos emergentes o de fusión con el medio? ¿Es posible detectar las consecuencias sociales y sicológicas que producen los nuevos sistemas emergentes? En tal caso, ¿podría en neo-nómada mantener un sistema de resistencia permanente?. Por otra parte y en relación a la producción de sistemas emergentes ¿Qué sentido toma la información en forma de datos libremente distribuido? ¿Somos capaces de construir, recuperar o documentar la información producida en una acción en la red para la elaboración de una memoria que nos permita evolucionar los sistemas emergentes? ¿Cual es la relación entre la producción de datos, de código y de información?
A una escala más compleja, los sistemas de relaciones neo-simbióticas son posibles debido a la fluidez de la información; el desarrollo se sustenta en los datos que se distribuyen por la red. La abundancia de información y la libre circulación de la misma es aquella que utiliza el hacker donde la Red se usa como base de organización y modelo de distribución. Esta información surge como parte de una producción en sociedad que trabaja en una nueva concepción de la comunicación y la transferencia de conocimiento basado en una estructura rizomática.
Hoy, la información que llega al público está en su mayoría dominada por los medios de información y ante ello lo colectivo cobra una nueva dimensión, entendida como nueva concepción de producción, entrando en un escenario en el que la red -al constituirse como base de organización y como modelo distributivo- les permite autogenerar críticamente información, enfrentándose a la restricción de los derechos por medio de la reivindicación de un acceso libre y abierto. Los colectivos y resistencias trabajan en busca de un equilibrio en relación a la distribución, pluralidad y transparencia de la información, inventando sistemas de fuga contra la información autorizada.
EL TIEMPO MEDIDO EN PRESENCIAS
La importancia de ser críticos con el acto-accidente de la información es transversal. La información debe ir acompañada de unos criterios de selección y asociación que se traducen y convierten en conocimiento. Esta información adquiere carácter activo y es una herramienta clave para sortear los procedimientos convencionales e institucionales. Esta información funciona entre las grietas invisibles de las regiones establecidas que emergen en las llamadas TAZ (Zonas Autónoma Temporal).
De acuerdo con las Teorías TAZ y en su intento de desechar la idea de permanencia prolongada, la información es primordial en la creación e interconexión de lugares creados entre los límites de regiones establecidas. Para Hakim Bey, la TAZ libera un área de tierra, de tiempo, de imaginación y entonces se autodisuelve para construirse en cualquier otro espacio o tiempo.
Utilizando el nomadismo psíquico mental como táctica, lo que Deleuze & Guattari llamaron “La máquina de guerra”, las TAZs transforman la paradoja de que “cualquier lugar vale tanto como cualquier otro”, de pasiva en activa. Los sujetos nómadas no están ligados a ningún tiempo ni lugar; se lanzan a la búsqueda y a la exploración entre las TAZs, habitándolas como interzonas o intersticio, fuera de la red convencional y entre los flujos y las autopistas de la información.
Las TAZ conforman la “anti-red”. Se trata de localizaciones temporales efectivas en el tiempo y en el espacio. Su localización en la Web es virtual e instantánea: la Web proporciona soporte logístico para la TAZ y ayuda a que ésta aparezca. Sin embargo, la TAZ existirá tanto en el espacio de la información como en el espacio físico, siendo, por tanto, campo nómada.
“Mantén en movimiento a toda la tribu, aunque sólo se trate de datos en la Web”
Hakim Bey
La web, capaz de llevar información de un TAZ a otro, se convierte en su sistema de soporte y revela las rutas de la travesía de los signos y de la información fluyente. El espacio web no sólo es una poderosa experiencia ambiental y sensorial sino también nuevo paisaje donde se dan las condiciones propicias para transformar dicho medio en un no-lugar de expresión. Como vía de comunicación por excelencia, la web proporciona un “metamedio” donde es posible actuar y habitar temporalmente; allí donde es posible la transfiguración de los datos o valer por otro en otro nodo o lugar.
El tiempo de interacción en la web así como en otros metamedios más complejos es una combinación del tiempo presente y del tiempo real, razón por la cual los entes tecnológicos los convierten en espacio de actuación para la creatividad, el desarrollo colectivo y la conexión entre nodos, manejándose y haciendo uso de herramientas que combinan la Robótica,Telecomunicaciones e Interactividad, entre otras áreas.
La Telepresencia es uno de los sistemas que combinan las áreas antes mencionadas y que permite el control a distancia ya no para la creación de simulacros de presencia o intentos de suplantación de una identidad, sino para la proyección de otras realidades físicas posibles. De esta forma, la telepresencia robotizada permite crear un efecto de acción y reacción sensorial, traspasando las fronteras del cuerpo y del espacio, derribando los límites del cuerpo y propiciando la aparición de nuevas TAZs.
El fenómeno de la telepresencia ha transformado las experiencias espaciales que se tenían hasta ahora en relación a la percepción de la fisicidad del espacio, anclado a la localización, dependiente del cuerpo y en contraposición a la distancia que se percibe en el foro interno o visual.
Para Sara Malinarich, iniciadora del proyecto de telepresencia INTACT Project (Interfaz para la acción telecompartida), la telepresencia “es una forma de comunicación expandida que potencia la experiencia de la comunicación a distancia y que va al encuentro de mensajes más corpóreos. Pero en esencia, la telepresencia es una forma de deseo por el otro. Supone el nacimiento de una dramaturgia sobre la ausencia y la presencia por medio del conjuro tecnológico”. En su proyecto, Malinarich advierte que las prácticas colaborativas de creación a distancia implican la necesidad de una consciencia en red; la percepción de la fragilidad del momento de la conexión tecnológica, psíquica y emocional, así como, la predisposición a la coautoría y el trabajo colaborativo.
“Just in case”. |
Por medio de la telepresencia se experimentan nuevas facultades; lo que Roy Ascot llamó cibercepción, concepto que implica una cualidad otorgada a los sujetos mediante la incorporación de lo tecnológico. La cibercepción en la telepresencia logra su eficacia por medio de la unión o fusión de tres tecnologías: robótica, telecomunicaciones y realidad virtual.
La telepresencia permite experiencias paralelas dentro de tres planos simultáneos, que configuran un espacio híbrido. En una estación de telepresencia estos tres espacios son: 1) El espacio real o local, en el cual se encuentra físicamente el cuerpo del usuario 2) El espacio virtual o espacio remoto que interactúa con el espacio local, 3) La red. El espacio donde transitan los datos y donde ocurre la conexión entre el espacio local y remoto.
En la comunicación expandida, cuerpos robótizados están siendo constituidos actualmente como cuerpos ubicuos para la comunicación e interación entre dos o más localizaciones separadas por la distancia geográfica. Estos componentes robóticos permiten al sujeto “habitar” el espacio remoto al momento de la conexión y traspasar el mensaje “sin cuerpo” propio de las comunicaciones audiovisuales.
Derrick Kerckhove, en su libro La Piel de la Cultura afirma que por medio de la realidad virtual (RV) y la robótica de la telepresencia, somos capaces de proyectar nuestra conciencia fuera de nuestros cuerpos y contemplarla así objetivamente.
“Autopoétika 2012”. Instalación interactiva al movimiento del mar. |
EN EL CAUCE HACIA LA HIBRIDACIÓN
En esta escena tecnológica, los colectivos y resistencias se proponen nuevas experiencias y formas de sentir que están siendo producidas por la interacción, las acciones performativas, procesuales y transformativas de los sujetos con los medios electrónicos; junto a ello el conocimiento compartido y la libre difusión de la información llegan a crear líneas de conexión rizomáticas, atendiendo a una cercanía que va de lo local a lo global, provocando espacios abiertos a la discusión y participación colectiva.
Los hacktivistas han de organizar puertas entre la red y los media “tradicionales”. Mediante el trabajo y la creación en red, estos sujetos emergentes de los contextos actuales de resistencia, investigan, proponen y desarrollan alternativas relacionadas con el conocimiento compartido. Creaciones por medio de encuentros entre grupos de diversos lugares, localizados y deslocalizados, dan lugar a espacios híbridos fruto de la conexión entre ellos. Este contexto emerge de la evolución de las interfaces, como mediadores para la confluencia de espacios que se localizan más allá de la realidad física.
A través de estas formas de contacto, se ha evolucionado ya no tan sólo en la técnica, sino también en la psique, es decir, en la forma de pensar, concebir ideas y comunicarse. Así mismo, estas exploraciones abren un nuevo camino para imaginar nuevos procesos y relaciones sociales, culturales y artísticas que desembarcan en modelos improvisados, capaces de jugar con las nociones espacio-temporales.
La producción de conceptos en la multiplicidad de planos y estratos entre los cuales estamos interconexionados dan lugar a los territorios emergentes. Allí confluyen el registro estable, continuo y de significación cerrada propio del espacio físico con el registro de emergencia que es discontinuo y de significación abierta, permitiendo la hibridación de los mismos en un otro espacio alterado como resultado de la conexión entre ambos entornos.
“Laberinto Cibernético”. Instalación Interactiva. |
El espacio se convierte en un lugar para hablar de los no-lugares y el tiempo se transforma en instantes medidos en presencias, es decir, un tiempo al que colaboran los demás. Con las actuaciones de las redes en los espacios físicos, se van ampliando las extensiones electrónicas cuya esencia es la de compartir espacios y tiempos mediante la interconexión.
Los espacios híbridos, fruto de la interconexión de nodos, están produciendo la emergencia de estructuras sensoriales surgidas de los nuevos procesos humanos de aprendizaje en red, provocando cambios en los esquemas de nuestro sistema nervioso, permitiéndo incluir y orquestar nuevas experiencias. Por todo ello, el papel del cuerpo –lo táctil– es de suma importancia como intérprete e integrador de la información que el sujeto obtiene por su implicación con el medio y los espacios híbridos.
En la particularidad y reversibilidad de los sistemas híbridos, los colectivos emergentes producen hábitats donde la evolución de dichos ambientes se traduce en la emergencia de comportamientos aparentemente caóticos y no lineales, así como, en una conjunción compleja de todas las capas que actúan a la vez. De esta forma, la conciencia colectiva del neo-nómada da lugar a la ocupación del espacio y, por tanto, a la producción de acontecimientos emergentes, ya sea por partes o mediante subsistemas intercambiables y autónomos ensamblados en una red rizomática. En un sistema reversible no sólo formamos parte de la red sino que, al mismo tiempo, podemos llegar a contenerla.
Laura R. Moscatel y Sara Malinarich.
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