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Manuela Moscoso y Marc Vives, ganadores de las becas de la Fundació “Sa Nostra”
Por Pau Waelder
La Fundació “Sa Nostra” presentó el pasado martes a los ganadores de la convocatoria de Ayudas a la Creación Artística 2006, Manuela Moscoso (Ecuador, 1978) y Marc Vives (Barcelona, 1978), cuyas obras
se exponen en la Sala de Paper del Centre de Cultura hasta el 30 de abril.
Manuela Moscoso: “Bailando las heridas”
La pieza de Moscoso consiste en la elaboración de dos temas musicales combinando expresiones de su país de origen con ritmos de salsa. La artista encargó a una banda de músicos que interpretasen las frases “soy sensible y por eso me aloco” y “hoy soy, mañana no sé, porque siempre habrá un más luego” en la forma del típico estribillo final de una canción de salsa. Estos fragmentos fueron posteriormente editados de forma que se repitiesen constantemente en un disco de vinilo, un tema en cada cara. El disco se reproduce en la sala de exposición en un tocadiscos equipado con cuatro altavoces, que en conjunto adquieren un cierto valor de instalación escultórica. El propio vinilo ha sido tratado por Moscoso como una pieza en sí, creando una edición limitada de 500 ejemplares.
“La idea era hacer una escultura sonora”, afirma la artista, que justifica así el nostálgico uso de un disco de vinilo en una era de soportes digitales. “Trabajo mucho en video, así que me apetecía hacer algo más tangible. Me interesaba el vinilo porque era una forma de documentar la obra como un objeto, en el que no puede entrar ni más ni menos música, algo acabado”. La artista se propone continuar con este proyecto en una serie, empleando otras frases, a fin de ir creando una colección de vinilos.
En el tocadiscos, el breve estribillo se repite constantemente, como un mantra al que se impone la fuerza de una música pensada para bailar. Moscoso ha empleado anteriormente la salsa como material para sus trabajos: “me interesa la salsa, porque es un género musical cuyo fin es bailar, si bien las letras cuentan historias tristes. Tiene una estructura que cuenta una historia, y al final hay un coro que funciona como moraleja, un poco como el coro de la tragedia griega.” Ese coro final es el que emplea en esta pieza, descontextualizando expresiones que hablan de los sentimientos e insertándolas en el ambiente festivo de la música salsera. Si bien su elección de la salsa, así como de las frases, parte de un gusto personal, la artista emplea conscientemente la identificación de este género musical con la cultura latina: “cuando surgió, la salsa representaba lo latino en Estados Unidos. Se convirtió en una forma de identidad de lo latino, un estereotipo de latino”. Así, Moscoso trabaja con el contexto cultural de su país de origen, que en cierto modo inserta en el ámbito de la cultura europea por medio de esta exposición. En la galleta del vinilo ha incluido un guiño a esta “importación” cultural: una foto tomada desde la ventanilla de un avión como motivo de fondo de la etiqueta, una “cara A” para América y una “cara E” para Europa. No obstante, la artista no pretende hablar de la inmigración ni de la identidad latinoamericana, sino que simplemente trabaja con aquello que forma su universo personal, y que lógicamente se compone de elementos propios de la cultura de su país de origen.
“Bailando las heridas” nos propone una reflexión más allá de lo aparente, más allá de la alegre levedad con la que identificamos la salsa, por medio de una repetición constante, hacia la manifestación de un sentimiento. Efectuando una reducción al absurdo, Moscoso descontextualiza la música y al hacerlo le otorga una nueva capacidad expresiva, como experiencia sonora, como instalación y por último, como objeto.
Marc Vives : “Jingles. Sound waves travel faster underwater”
También de base sonora, pero con una aplicación eminentemente audiovisual, la pieza de Marc Vives se presenta como un proyecto abierto, en el que el artista ha proporcionado el germen para una serie de creaciones en colaboración con otros artistas visuales y músicos. “Jingles” reflexiona en torno a las influencias recíprocas de los distintos canales de distribución mediática y al propio concepto de autoría al plantear un juego de interpretaciones y reinterpretaciones en el que participan diversos creadores. Para empezar, el propio artista toma como inspiración los estribillos de las canciones, en particular aquellos fragmentos pegadizos que uno invoca en su mente sin saber porqué: “el proyecto sale de la idea de usar el formato del estribillo. Te levantas, te pones a cantar algo y no sabes muy bien por qué, tal vez ni te gusta pero te quedas con una frase, con una melodía”. Vives crea ficticios estribillos sin querer imitar nada en concreto. Cualquier fuente puede ser válida, ya sea una cita de Oscar Wilde o simplemente una frase con una buena sonoridad. Así, elabora una veintena de frases que pueden ser profundas (“el arte jamás ha de intentar ser popular, el público es que ha de intentar ser artista”), recursivas (“el celo que aguanta el celo”), oníricas (“gracias por controlar el mamut”) o cotidianas (“déjame que te diga lo que te diga”) y con la ayuda de un músico, les crea una melodía.
Los jingles con su música, fragmentos sonoros de apenas unos segundos, son entregados a diversos colaboradores que a su vez interpretan lo que oyen en un montaje audiovisual, a modo de (micro) video-clip. La interpretación que estos colaboradores hacen de la letra que se les ha ofrecido y la variedad de estilos con los que elaboran dichas piezas enriquecen así el conjunto final, que se presenta como una proyección de los veinte clips seguidos. La visualización de tan heterogéneos fragmentos de forma continuada recuerda de inmediato a la experiencia de hacer zapping o ver la MTV, y aquí se evidencia la adopción por parte de los creadores del lenguaje habitual en los medios de masas. Una adopción no tan sumisa como apropiacionista, puesto que en definitiva lo que se da aquí es un juego con los modelos habituales de creación de productos de consumo mediático, en el que se han invertido, hasta cierto punto, los términos: del estribillo pegadizo, resquicio aferrado a la mente del público de toda una campaña de creación y difusión de un “top 10”, se va hacia la melodía, el videoclip y por último la canción misma. Vives continúa ahora su proyecto facilitando a una serie de grupos musicales sus “jingles” para que elaboren a partir de ellos el tema completo, que luego difundirán por su cuenta, en la mayoría de los casos a través de sus páginas personales en MySpace, un sitio web muy popular entre los músicos independientes.
Se cumplirá así la intención final de Vives que es, como indica el subtítulo de su proyecto (“las ondas sonoras viajan más rápido por debajo del agua”), la creación de un germen creativo que se difunda por medio de canales alternativos y a caso llegue, cual virus troyano, a insertarse en la red de los grandes medios de comunicación y así distribuirse masivamente al público en acosadoras campañas publicitarias que por último lo internen en el subconsciente del espectador, que se levantará una mañana tarareando un jingle sin saber por qué. Y vuelta a empezar.